Mirando la tabla de posiciones puedo observar que el fixture pudo haber traicionado nuestras ilusiones, ya que los tres equipos que fueron sometidos por el quesero se encuentran hoy cerca suyo o abajo.
Esta hipótesis futbolística que formulé arriba puede ser bastante creíble, pero yo no la creo, creo en un Paraná que puede estar peleando muy arriba, y sé muy bien que su peor enemigo es la falta de constancia de algunos jugadores que alguna vez supieron estar en las filas del primer equípo, jugadores que este último partido prefirieron quedarse viendo el Boca-River antes que estar batallando junto a sus compañeros, defendiendo este sueño del futsal que Paraná ha emprendido. Se puede destacar que todo es muy a pulmón, que esto es amateur y demás perfidias que injurian al deporte, manifestando cada vez más que se hacen muy reconditos los lugares que quedan donde realmente se sigue jugando por la camiseta.
Paraná cayó abatido por un 2-7 que duele, viendo a los jugadores que estaban dejar todo. Casi sin recambio en el banco Paraná le hizo frente a este respetable elenco de Juventud de Wilde, demostrando que los chicos que jugaron tienen un gran amor propio.
Fotos del partido:
Rodrigo Pinto.
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